viernes, 25 de noviembre de 2011

Es extraño cómo a veces una ráfaga de felicidad nos invade sin motivo aparente.Es cómo cuándo alcanzas tu máxima potencia sin haber movido un dedo,cómo cuándo alguien te transporta su energía sin ni siquiera rozarte,o tomas un sorbo de capuccino y su aroma te transporta a cualquier lugar,es algo...fantástico.Anoche tuve un par de confesiones con la almohada.Me estuvo esperando desde las 2 pero llegué sobre las 5.No tenías ganas de hablar,ni de pensar en absolutamente nada.Quería dormir y dejar que mi subconsciente me traicionara mientras soñaba(vaya a saber en qué o con quién),cómo siempre hace.Y todo ésto sólo para poder saber cómo me sentía realmente.Sin negar la realidad,sin ocultar mi punto de vista,la verdad y nada más que la verdad de lo que estaba ocurriendo dentro de mí.Pero nada,por lo tanto dejaré que el tiempo pase y me dé la respuesta.La correcta a ser posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario